Chiste de Una monja católica estaba sentada en un tren

Una monja católica estaba sentada en un tren, y en el asiento de enfrente había un musulmán con un turbante que estaba comiendo camarones frescos. Cada vez que se comía uno, le escupía la cola sobrante del camarón a la monjita, que tenía que quitárselos luego de su túnica.

Finalmente, la monja se harta, recoge todas las colas de camarón, las tira por la ventana, y tira del cordón de emergencia del tren.

El musulmán la mira enojado y le dice:

– Puta idiota. Te van a multar con $250 por haber hecho eso…

Ella se río y le contestó:

– Una vez me ponga a gritar acusándote de violación y te huelan los dedos, a ti te van a dar 10 años!!